COMO SON PERCIBIDOS LOS MEDIOS ALTERNATIVOS “NO FORMALES” EN EL BARRIO JUAN XXIII

Publicado en por Diana Carolina Niño / Escribir para las nuevas tecnologías

El barrio Juan XXIII que se ubica en la localidad de Chapinero, desde la Calle 65 a 65A, y entre las carreras 1 y 1A, se encuentran  graffitis y carteles alusivos a la cultura, como un medio de expresión alternativo para los jóvenes.

Este lenguaje comunicativo es creado por personas de la misma comunidad que están entre los 16 y 26 años. La gran mayoría de estos jóvenes no poseen un  nivel educativo alto, y en muchas casos solo han estudiado hasta la básica primaria.

Hay que destacar que el cartel y el graffiti son las únicas herramientas de expresión  con las cuales cuentan los jóvenes del barrio Juan XXIII para mantenerse unidos e informados y así lograr una cohesión como comunidad donde se plasman las necesidades y servicios para los habitantes del sector.

Oficialmente se tiene registro de 41 graffitis y 62 carteles distribuidos en Juan XXIII.

Los carteles particularmente están expuestos dentro del barrio en las tiendas, en los restaurantes, en las cafeterías, supermercados, salones de belleza, etc. Se distribuyen en las partes comerciales para que la captación del mensaje llegue con más facilidad al habitante. También
 ha servido para publicar eventos culturales, sociales y para promover la participación de los jovenes ante la junta de acción comunal.
 

Por otra parte el graffiti sólo se encuentra en los lugares estratégicos del sector, para que la comunidad y los visitantes tengan acceso a ellos sin ninguna dificultad.

Para la gran mayoría el lenguaje del arte callejero, como el graffiti, no ha tenido aceptación ya que no es entendido por su complejidad  y su caráter revolucionario, además el estilo de plasmar en las paredes dichos mensajes no es de agrado para la comunidad en terminos visuales, porque están arruinando es espacio público y esto genera un mal aspecto.

Por consiguiente algunos habitantes de la comunidad intervienen expresando su desacuerdo al ver como estos jóvenes rayan las paredes, y consideran que le da un aspecto marginal al barrio, una mala impresión de peligro, desorden y delincuencia.

“El arte callejero es un ejercicio de libertad expresiva que puede llegar a sorprendernos”

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