ENTREVISTA CON TOMÁS SANCHEZ AYALA, Comisiones de la verdad.

Publicado en por DIANA CAROLINA ORTEGA

El profesor Tomas Sánchez es licenciado en filosofía en la Universidad Santo Tomás, Magister en Educación y filosofía, maestría en filosofía latinoamericana, en los últimos seis años de su vida los dedico a un doctorado de ciencias sociales, lleva 12 años en la Universidad Santo Tomás en el área de humanidades donde ha cumplido una excelente labor como docente y además es conferencista en temas de superación personal y autoestima, las cuales son hechas con un elemento esencial para la metodología de él, que es la música.

 

¿Cree que la sociedad Colombiana es Tolerante?

T.S: No, yo creo que no, la experiencia cotidiana le demuestra a uno que no se maneja unos niveles mínimos de tolerancia somos agresivos. William Ospina dice efectivamente que pareciera ser que las condiciones de nuestra propia geografía lo que nos ha hecho, es que en lugar de unirnos y unificarnos como sociedad lo que ha hecho es dividirnos y pareciera ser que algunos otros se atreven a sustentar que somos genéticamente egoístas, genéticamente intolerantes; pero mas allá de eso yo creo que dada las condiciones de violencia por las cuales ha pasado nuestra sociedad, desgraciadamente no hemos podido construir unos consensos elementales mínimos, por ejemplo de ética que superen nuestros elevadísimos índices de intolerancia, la muestra es que nos seguimos matando  unos a los otros sin ninguna razón y a veces por impulsos casi instintivos que no nos apuntan nuestra supuesta racionalidad. Entonces no considero que seamos una sociedad tolerante.

 

¿Piensa que hay perdón entre los colombianos?

T.S: El concepto de perdón es un concepto fuertemente anclado a la religión dado que nuestra sociedad ha sido tradicionalmente católica, el concepto de perdón estaría pues anclado al catolicismo, pero bien conocido por nosotros es aquel dicho popular que dice que se perdona pero no se olvida, en ese sentido realmente no habría perdón, nosotros no, digamos así, no estamos lo suficientemente maduros como para que perdonemos las ofensas que nos hagan los demás y muchísimo menos los crímenes que nos propugnen los otros. Yo no creo que allá perdón, seguramente Uds. habrán leído las experiencias de otras sociedades por ejemplo lo que paso con Desmon Tutu el obispo este africano que fue el líder abanderado de su nación en términos de perdón y él y otros más sostienen que el punto de partida para la construcción o para la reconstrucción de periodos sociales seria el perdón, pero yo considero que todavía nuestro país no está lo suficientemente maduro para que por ejemplo los crímenes de lesa humanidad que se han cometido por parte de las fuerzas de izquierda o de extrema derecha o incluso el estado sean borrados de la memoria de los familiares que han padecido esos crímenes, entre otras cosas porque no hay ningún tipo de posibilidades de resarcir esos crímenes, acuérdense Uds. de la canción aquella de Ricardo Arjona que en uno de sus versos dice que rezando dos padre nuestros el asesino no redime a su muerto.

 

¿Cómo se lograría ese olvido?

T.S: Federico Nietzsche tiene un texto bellísimo que se llama “Consideraciones intempestivas” y pues también “La genealogía de la moral”, él dice que para que el conocimiento progrese es necesario olvidar, sin embargo esa teoría aplicada aquí en nuestro país sería una especie de desastre porque no se trata de olvidar, yo creo que uno no olvida el bien o el mal que le hacen los otros, muchísimo menos se olvida el mal, si a mí me hacen algo malo yo no lo olvido, es posible que me haga un ejercicio a mi mismo de auto concientización y que en un momento determinado supere la perdida que me hayan causado pero yo no creo realmente que se olvide porque la memoria de los seres humanos permanece y generalmente aquello que más le duele a uno o el daño que más le infringen a uno es de lo que uno más se acuerda, de pronto olvida algunos otros momentos que no le marquen tanto la existencia, pero si a mí por ejemplo me matan un familiar cercano, esas cosas uno difícilmente las puede olvidar, yo tengo la experiencia que en algún momento asesinaron a un compañero de estudio y aunque no odio a los que lo asesinaron no me olvido de ese episodio, entre otras cosas no los odio porque no se quienes fueron si supiera quienes hubieran sido a lo mejor no habría sido tan fácil pues perdonarlos, eso es parte de la condición humana.      

 

¿Qué le falta a la comunidad para poder crear un espíritu de reconciliación?

T.S: Yo creo en primera instancia que deberíamos apostarle a unos mínimos elementales de espiritualidad, unos mínimos elementales sobre ética y a unos mínimos elementales de valores también a la satisfacción de unos mínimos elementales de digámoslo así necesidades básicas yo no puedo pedirle a alguien que perdón o que olvide algo que le hacen cuando no tiene satisfechas sus necesidades, digamos que hay una relación entre lo económico lo político y lo social. Una sociedad por ejemplo que tuviese satisfechas sus necesidades seria una sociedad pacifica, una sociedad en la que habrían crímenes obviamente pero no tantos como se presentan en nuestra sociedad, una sociedad que sería más inflexiva, más racional donde la vida sería un poco más llevadera, más digna pero habría que empezarnos a ponernos de acuerdo en algunos mínimos elementales el respeto por ejemplo, el respeto a las ideas de los demás, el respeto a la vida serian unos básicos.    

 

Hablando de la economía colombiana, ¿Cómo cree Ud. que esta afecta el conflicto y las decisiones de las familias colombianas?      

T.S: Se ha dicho que la violencia genera más violencia, algunos estudiosos  hay un texto muy interesante que se llama “Que le está pasando a Colombia” lo escribe Consuelo Mada, Eduardo Posada y otros donde hacen un análisis de las implicaciones económicas, digámoslo así, políticas ideológicas del conflicto armado. El conflicto armado lo que deja es más pobreza y el mismo William Ospina en La Franja Amarilla en algún momento decía por ejemplo que los que están echándose plomo digámoslo así, realmente en las selvas no son ni los liberales ni los conservadores, ni los ricos sino finalmente son los guerrilleros pobres decía él con los soldados pobres, la gente pobre es la que está poniéndole ahí el pecho a las balas al conflicto y en ultimas en medio de este conflicto está la sociedad civil que es desprotegida un rico seguramente no está en medio del conflicto estará no se con cuantos escoltas de manera que, además no vive en Colombia sino que vivirá por allá en Europa o en Estados Unidos de manera que  él ve muy de lejos el conflicto, así las cosas pues la violencia hace que la situación económica sea más difícil para unos que para otros y por otra parte vuelvo a decir yo no creo que pagando tanto dinero se pueda restituir la vida de los seres humanos, si a una familia le matan el papa, la mama, los hermanos o los parientes inmediatos yo no creo que eso se restituya con una cantidad de dinero, la vida humana afortunadamente vale más que la plata, todavía, aunque en Colombia pues desgraciadamente no parezca.

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